Con base en un profundo análisis del mercado y del entorno competitivo de Choco Krispis, desarrollamos un posicionamiento único a partir de la definición de la esencia de la marca y la creación de una identidad única y diferenciada. A través de la nueva línea gráfica y visual, y de la evolución del personaje, ayudamos a expandir su presencia, asegurando al mismo tiempo una comunicación coherente en cada uno de sus puntos de contacto.
Entendiendo las motivaciones de la audiencia de la marca —niños y padres de familia—, posicionamos a Choco Krispis como el cereal de chocolate que alimenta el ingenio infantil, cubriendo tanto los beneficios emocionales como funcionales esperados. Gracias a las propiedades estimulantes del chocolate y los nutrientes del cereal, Choco Krispis impulsa la energía, el crecimiento y la creatividad de los niños en su día a día.
La imagen anterior de Melvin, el personaje icónico de Choco Krispis, había perdido relevancia y no conectaba con los niños. Por esta razón, su rediseño tuvo como objetivo hacerlo más actual, carismático y cercano a la forma de pensar y expresarse de su audiencia en la actualidad.
El logo y el empaque también se modernizaron, proyectando ingenio, frescura y destacando los elementos clave del universo Choco Krispis: el producto y la “Choco Leche”.
Como activo visual, se añadió el foco amarillo como un símbolo clave de la nueva identidad visual: un elemento que representa el estímulo de la inteligencia y el valor del cacao. El color amarillo no solo cumple una función decorativa, sino que comunica brillo, creatividad y la energía de aprender algo nuevo cada día. Inteligente + brillante = aprendizaje divertido.
Gracias a este rediseño integral —personaje, logo y empaque—, la nueva identidad ganó flexibilidad y consistencia en todos los puntos de contacto. El resultado: una experiencia de marca coherente, atractiva y mucho más cercana a nuestra audiencia principal.